martes, 2 de mayo de 2017

NOS HEMOS LEÍDO, NOS HEMOS CONOCIDO...


A LO LARGO DE ESTE PROYECTO, NOS HEMOS IDO CONOCIENDO A TRAVÉS DE TUS EXPERIENCIAS .

ME HAS ENSEÑADO OTROS MODOS DE LLEGAR A MIS ALUMNOS Y APLICACIONES QUE UTILIZAR CONTIGO

YO, NO TE CONTÉ QUE PARA MI, ERES MUY IMPORTANTE, EL 50% DE MI DÍA. HASTA LLEGUÉ A ESCRIBIRTE  LO QUE PENSABA DE TI...



¿QUÉ ES LEER?


            Partamos de una verdad como un templo “vivir, se aprende viviendo”, por lo tanto; a leer, se aprende leyendo. Pero ese “leyendo” tiene muchos matices que definir.

            Leer tiene que producir en los niños efectos secundarios, como si fuese una medicina al uso. Hacer que se les mueva algún engranaje y produzca un cambio; como cuando el pobre perro de Paulov escuchaba la campanilla de su amo y salivaba, algo así.
Debiera ser algo parecido a “crear lazos” o en palabras del Principito: “... necesitar el uno del otro, ser su único en el mundo, domesticar...”. Sentir la necesidad de saber más del otro, del libro y su historia, cada una tan distinta y tan emocionante...
           
Pero todo este amor no se consigue obligando, imponiendo ni exigiendo que el niño lea cuando no quiere. Bruno Bettelheim pensaba que “los niños tienen necesidad de magia y que ellos también están buscando, a su manera, respuestas a preguntas fundamentales de la vida. La comprensión del sentido de la vida no se adquiere a una edad determinada; por el contrario, la sabiduría se va formando poco a poco. Solamente en la edad adulta podemos obtener una comprensión inteligente del sentido de la propia existencia, a partir de nuestra experiencia en este mundo. La tarea más difícil en la educación de un niño es la de ayudarle a encontrar sentido en la vida.” Al leer, el niño se va identificando con los distintos personajes y así, comienzan a experimentar por ellos mismos sentimientos de justicia, amor, valentía... No como lecciones impuestas, sino como descubrimiento de la gran aventura de vivir.

A los pequeños se les puede inducir el hábito de la lectura desde muy temprana edad, prácticamente desde el seno materno. Lo mismo que tenemos que estimularles con música o masajes, ¿ por qué no leerles cuentos y que vayan sintiendo el sonido suave de nuestra voz con sus quiebros y giros? Este encantamiento puede producir posteriores resultados cuando el niño, al ir creciendo, descubra la magia y el goce al escuchar de nuevo historias aprehendidas en su mente.

Para Sara Cone, “contar cuentos es un arte de distracción: primero, complace y después, instruye.” Además parte del placer de leer reside en poder comentar con alguien las impresiones que nos causó un relato determinado.

El cuento o el libro perfecto es el que se lee en el momento propicio de la vida, enlazando la historia con la propia vivencia personal. Es aquel que nunca olvidaremos.


Perdóname el atrevimiento... pero cómo lo pensé los escribí.

Llevo unos años intentando acercarme a ti a través de las nuevas tecnologías y esas aplicaciones que mis alumnos empiezan a utilizar y, con ellos practico.

Me planteé conocerte algo más con ellas y así, acercarme más a los gustos de mis "niños".

No nos olvidemos de los consejos que entre todos hemos ido eligiendo antes de llevarte a casa para disfrutar de ti y, si quiero, explorarte más, esas ideas que nos "comprometemos" a seguir.


¡¡¡ GRACIAS POR TU PACIENCIA CON NOSOTROS!!!







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